martes, 22 de diciembre de 2009

La distopía



Al afirmar que los medios masivos son meras fuentes de entretenimiento, información-y si es posible educación- se comete un grave error de complaciente simplismo. Este esquema resulta ser muy conveniente cuando se pretende excluirles de responsabilidad social. No obstante, un detalle más profundo es dejado de lado: los medios masivos generan consenso, crean realidades, construyen nuestra visión del mundo, ayudan a dirigir nuestros estilos de vida e incluso el curso de nuestras decisiones.

La sociedad industrial ha hecho paso un nuevo tipo de mercado. Ahora no solo se habla de la concentración de los medios de producción. La información es considerada como la mercancía a ofrecer; y es por eso que muchas corporaciones han tomado por asalto los medios masivos de comunicación.

Para muchos el capitalismo venció, ya todo está dicho. Cualquier esfuerzo en contra de esto es energía desperdiciada. Sin embargo, dicha actitud sería poco menos que un insulto a nuestra capacidad cognitiva y nuestro papel activo en el curso de la historia. Nosotros podemos cambiar la forma en que los medios nos tratan. Tenemos la autoridad para exigir que nos den productos de calidad. Los medios masivos dependen de nosotros porque sin un público no hay anunciantes.Y sin anunciantes: no hay dinero que los mantenga.

Las formas.

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